Lo que la ley regula

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sábado, 13 de mayo de 2017

AIDA en marketing

Una de las técnicas clásicas más conocidas en marketing es el denominado modelo AIDA, acrónimo de atención (attention), interés (interest), deseo (desire) y acción (action). Esta técnica se utiliza tanto para diseñar y medir el impacto de un mensaje publicitario como para el diseño de una página web y sirve tanto como estrategia de marketing directo como para analizar los procesos de decisión de compra en fórmulas de venta.

La regla “AIDA” consiste en captar la atención del futuro cliente, despertar su interés lo que lleva a generar en él un deseo que desemboca en una acción.

· Atención. Consiste en presentar el producto de una manera atractiva, es decir, llamar la atención del cliente mediante la presentación y las características del producto. Para ello se utilizan varias herramientas: el envase, la cartelería, el precio, degustaciones in situ, etc. Estas reglas son aplicables para presentar y llamar la atención sobre los productos en un establecimiento físico, pero lo mismo puede decirse si se trata de una tienda on-line pues en este caso se trataría de llamar la atención del internauta con banner, un anuncio patrocinado que se presenta en buscador, etc.

· Interés. Consiste despertar el interés del cliente. En el caso de una tienda física se trata de que el cliente coja un producto y no otro para lo cual se utilizan técnicas para que se acerque al lineal, que mire el producto, lo coja, lo observe y pueda examinar sus propiedades. Por eso, en los establecimientos de libre servicio es fundamental que el producto capte el interés del consumidor desde su estantería, dado que no existen vendedores que puedan mostrarlo y cantar sus alabanzas.

· Deseo. Consiste en despertar expectativas, deseo. Una vez que se ha captado la atención del cliente y se ha despertado su interés, el siguiente paso es generar el deseo, las ganas de comprar ese producto del que ya se cuenta con la información suficiente. En este punto, el consumidor debe decidir comprar el producto, ya sea gracias al propio producto o al asesoramiento del vendedor.

· Acción. Consiste en actuar, es decir, proceder a la compra del producto, una vez que se ha tomado la decisión. Es el paso final que perfecciona la compra.

Este proceso que lleva a tomar una decisión de compra puede, perfectamente, trasladarse a otros aspectos de la vida. Sin ir más lejos estoy pensando en las campañas electorales y la decisión final del voto.

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