Lo que la ley regula

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viernes, 11 de octubre de 2013

Scrip dividend: ventajas para la sociedad

En los últimos años, por parte de importantes sociedades como Santander, BBVA, Iberdrola, Repsol, Telefónica, ACS, Gas Natural, Acerinox, y otras se han venido haciendo ampliaciones de capital gratis para sus accionistas en sustitución del pago en efectivo del dividendo. Normalmente, la operación se realiza emitiendo tantos derechos de suscripción como acciones existen de la Sociedad, entregando o asignando a cada accionista tantos derechos como acciones posee. Seguidamente, al accionista se le ofrecen tres opciones:

1) Vender sus derechos a la propia Sociedad, a un precio previamente fijado. Al importe bruto resultante se le aplicaría la retención correspondiente y se abonaría el líquido al accionista. El accionista, en este caso, deberá declarar como ingreso dicho importe bruto en su declaración del IRPF, y asimismo declarar la retención como un pago a cuenta ya hecho a Hacienda. Por consiguiente, tanto para la Sociedad como para el accionista, la operación supone o tiene la misma consideración económica y fiscal que el pago de dividendo en efectivo.

2) Vender los derechos en Bolsa al precio de cotización que tengan en el momento de la venta. Lógicamente, dicho precio puede ser mayor, igual o menor, que el precio fijo establecido por la Sociedad que se compromete a comprar los derechos, ya que el precio en Bolsa dependerá de las condiciones del mercado, y por tanto de la mayor o menor oferta y demanda que exista de dichos derechos. Además no hay retención sobre el importe de esta venta.

3) Suscribir las acciones que le correspondan según el número de derechos que le hayan asignado. De este modo, pasará a ser propietario de un número mayor de acciones de la Sociedad sin hacer ningún desembolso para ello, pero a cambio de no recibir el importe del dividendo en efectivo. Para el accionista, en sus cálculos o cuentas internas podría decirse que esto equivale a suponer que, la sociedad le pagara el dividendo bruto sin retención, y que seguidamente el accionista le devolviera a la sociedad dicho importe con el encargo de que con el mismo le comprase acciones al precio de su cotización en Bolsa.

Ventajas de la fórmula de scrip dividend para la Sociedad
En primer lugar, utilizando esta fórmula la Sociedad aumenta sus recursos propios, ya que el dinero que tendría que destinar a pagar el dividendo, pasa a aumentar su capital. Este capital nuevo aumentado estará representado por las acciones nuevas emitidas. Esta ventaja es aplicable en las opciones 2 y 3.
Aunque las nuevas acciones emitidas se entreguen gratis, en cierto modo se podría considerar como si la Sociedad las comprara en Bolsa al precio de mercado, y a ese mismo precio se las entregara a los accionistas a cambio del importe de los dividendos que no les paga.

Al aumentar el número de acciones de la sociedad, también serán más las acciones que salgan a cotizar en Bolsa, con lo cual se aumentará la liquidez de la acción. Esto beneficia tanto a la Sociedad como a los accionistas, y al mercado en general. Lo más probable, es que aumente también el número de accionistas, ya que parte de los antiguos accionistas probablemente vendan en Bolsa alguna de sus acciones o los derechos de suscripción de las nuevas acciones, y que los adquieran nuevos accionistas.

Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, la Sociedad aumentará su cifra de capital social y probablemente su cifra de capitalización bursátil. Ello le permitirá asentarse más firmemente entre las empresas cotizadas en Bolsa, y en caso de no estarlo ya, tener la oportunidad de acceder a formar parte del selectivo índice IBEX-35, e incluso a otros índices internacionales si cumpliera las condiciones y trámites necesarios.
Al tener una cifra de capital mayor y, en general, unos recursos propios mayores, con dichos medios puede tomar iniciativas y marcarse objetivos más ambiciosos sin necesidad de endeudarse, o en todo caso con un endeudamiento menor.

Al tratarse de una Sociedad más potente y más saneada, en caso de tener que recurrir al mercado o a la banca para endeudarse, tendría más facilidad para conseguir financiación y además sería a un tipo y a unas condiciones mejores.

Como complemento a lo anterior, es mismo se tendría en consideración por las agencias de calificación crediticia, que por ello, probablemente asignarían a la Sociedad un rating más alto.

Posibles desventajas para la Sociedad
Al emitir acciones nuevas, el importe total del beneficio destinado a distribuir en concepto de dividendo sería mayor que el que se destinaba antes de emitir las nuevas acciones, si es que se quisiera mantener el mismo importe de dividendo por acción. Para ello sería necesario que el beneficio neto total obtenido por la Sociedad creciera lo suficiente para que el beneficio por acción se mantuviera en el mismo nivel que el que se conseguía antes de la emisión de las nuevas acciones. De no ser así, al bajar el beneficio por acción y suponiendo que aún hubiera margen para mantener el importe del dividendo por acción, sería a base de aumentar el pay-out, y por tanto destinando un importe proporcionalmente menor o incluso en términos absolutos menor a los fondos de reserva de la Sociedad. En tal caso, aunque los recursos propios totales de la Sociedad hubieran aumentado, sin embargo, la proporción entre las cifras de capital social y reservas se habría deteriorado, ya que el importe de las reservas con respecto a la cifra de capital sería proporcionalmente menor que el existente antes de la emisión de las nuevas acciones.

Siendo esto así, la otra opción sería disminuir el importe del dividendo por acción, para poder destinar a reservas un importe suficiente que garantice que, la proporción entre capital social y reservas sea la misma que la existente antes de la ampliación de capital en la que se emitieron las nuevas acciones. En cualquier caso, ante esta situación, lo más probable es que las acciones resultaran menos atractivas para los potenciales inversores, por lo que serían menos demandadas y bajaría su cotización en Bolsa. En tal caso, dependiendo de la mayor o menor intensidad de dicha bajada de la cotización de la acción, podría llegar a resentirse la capitalización bursátil de la sociedad, ya que aunque el número de acciones en circulación sería mayor, la cotización o precio de cada una sería menor.

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